miércoles, 19 de junio de 2013

Cómo dibujar recursos para storytelling

Como dibujar recursos para storytelling
Cualquier historia o suceso que queramos contar a una audiencia o equipo, necesita una estructura sobre la que tenemos que trabajar. Una base, una columna vertebral sobre la que nuestro relato, tiene que estar bien asentado. Quizá esto del storytelling tan a la orden del día en el marketing y los comunicadores, no sea nada nuevo. La base está en la transmisión oral de la información. Antiguamente los abuelos contaban a los nietos sus historias y sus conocimientos. Esas historias funcionaban como películas que se alojaban en la memoria personal y colectiva, a modo de videoteca de imágenes mentales, de historias que había que conocer para ocupar el lugar que le corresponde a cada uno, y luego transmitir la tradición.
La narración es un vehículo empático, es decir que genera cercanía o rechazo de la audiencia con los personajes y sucesos que ocurren en la historia. Si un personaje nos cae bien, es muy probable que queramos seguir su ejemplo o su consejo. Si por el contrario nos resulta distante o desagradable, trataremos de alejarnos de su punto de vista. Orquestando bien los caracteres de los personajes de nuestras historias, llevaremos a nuestros interlocutores al punto que deseemos. Sea clara la intención o no, ayudaremos a visualizar lo que nos interesa comunicar. No se trata de una estrategia oculta, sino de poner ejemplos de lo que pensamos contar y dejar a la audiencia completarlo en su imaginación, en su empatía y en definitiva a su juicio.
Contar historias, hace que el mensaje que contamos se entienda mejor, como una unidad de información completa y que sea exportable. El que nos escucha siempre se lo podrá contar a terceros no presentes. Imaginemos que vamos a una presentación y hay dos ponentes. Uno nos enseñará gráficos, tablas, números y resultados. Nos contará las maravillas de sus recursos, incluso nos pondrá un vídeo corporativo que muestre de un modo espectacular con músicas y efectos especiales sus logros y deseos. Otro nos cuenta un mini-cuento, un relato con dos o tres personajes. A estos personajes les pasa algo y lo solucionan. Un relato simple de cuatro minutos…que termina con la adaptación a la realidad de la historia de ficción que nos ha contado, con lo que nos quiere presentar, con la real. ¿Cuál de las dos presentaciones nos resultarán más sencillas de recordar? Si nos preguntan por las dos ¿Qué es más sencillo? Es verdad que hay que prepararlo mucho y ser muy bueno contando historias, pero con unas imágenes bien trabajadas podemos construir una base de storytelling muy solida.
Para llevarlo al mundo de lo visual, podemos recurrir a recursos como el comic, nuestros vídeos o incluso  trozos de películas. Si nos vamos al mundo lean, “agilista”, o simplemente un tipo de desarrollo low-cost personal, aparece el dibujo de garabatos. Como podemos contar historias de un modo visual efectivo? Creo que en un primer momento es interesante el desarrollo de personajes. Los actores de nuestras historias son fundamentales y desde un punto de vista argumental son los que llevan el peso de la historia. Alguna vez he oído decir que en un buen guión, si quieres el “Óscar” o el “Globo de Oro”, solo tienes que contar una historia en la que aparezca el trinomio “Anciano, Perro y Niño” con esos tres personajes puedes contar cualquier historia capaz de seducir a tu audiencia.
 
Otra de las habilidades del narrador, es la de construir unos  “Malos y buenos” que son definitivos para marcar la diferencia. Alguien se puede imaginar La guerra de las galaxias sin Darth Vader? Si describimos una historia en modo simple el bien es el bien y el mal es el mal, y cada uno arrastra a los personajes que tiene, pero si tratamos de buscar algo más complejo, podemos ver en ejemplos como Juego de tronos en los que los malos de hoy son los buenos del episodio siguiente y viceversa.
Así que dibujando de un modo sencillo podemos representar personajes, objetos y escenarios de cuento.
 
Si trabajamos con storytelling, es para acercarnos de un modo empático a las personas y manejar de un modo visual la inteligencia emocional. Si establecemos un paralelismo entre la audiencia y el personaje, podemos hablar de valores para esa audiencia, desde los sucesos del personaje. A veces las cosas malas es mejor aprenderlas en “personaje ajeno” y las buenas visualizarlas. Valores y resultados, historias que llevan un hilo conductor y para las que podemos formular las preguntas más comunes como qué, quién o quiénes, cuándo, cómo, dónde y porqué…
 
En la construcción de una historia lineal, es bueno tener en cuenta estos puntos de color que se refieren a la intensidad de la trama desde el principio, presentación-amarillo, planteamiento-naranja, conflicto-rojo, nudo-rojo, resolución-verde  y desenlace-amarillo. Durante el nudo se pueden hacer referencias a modo de flash back a la etapa de planteamiento o de presentación (puntos naranjas) y al finalizar es bueno contrastar la resolución con el inicio (amarillo) de este modo cerramos el círculo.


También es bueno ver la intensidad de la historia con un gráfico sencillo como la los de gauss. Para construir la historia nos puede ayudar este dibujo. Se trata de aplicar las fases del juego de apertura exploración y cierre a la manera de inventar una historia. La presentación es una fase expansiva, la exploración se trata del espacio rectangular que contiene la mayor intensidad del dibujo superior (gauss). El cierre es la zona de la derecha en la que se presentan conclusiones y resultado de  la historia.
Y tú ¿cómo te organizas para contar tus historias?
Saludos
 

3 comentarios:

  1. buen trabajo! mañana mismo lo pongo en práctica ;)

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    1. muchas gracias!! se puede aplicar a cualquier entorno de trabajo!! un saludo

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  2. ¡Gracias, Fernando! Explicación: 10+++ Dibujos:10+++

    Un saludo.

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