Cuando vamos al médico, es importante que el especialista tenga en cuenta que más allá de su especialidad hay un cuerpo completo. Uno va al Otorrino y no es una oreja, vamos al Traumatologo, y no somos un hueso concreto, somos personas completas. En lo relativo al conocimiento pasa algo parecido, no sólo podemos trabajar la formación de nuestras disciplinas, ¡no somos técnica con patas! Por eso están aumentando las formaciones relativas a las habilidades personales. Estas formaciones pueden tener un contenido más o menos experiencial, pero desde luego su intención va más allá de un mero tiempo lúdico o complementario para cumplir un expediente de protocolos de gestión de personas.
Las experiencias formativas que hemos conocido nos llevan desde talleres en los que se imparte un aprendizaje de técnicas especiales que repercuten directamente en la labor que realiza el receptor, o bien laboratorios en los que se fomenta el trabajo de prueba de otras disciplinas que son ajenas al puesto que ocupamos, eso si con una conexión entre la experiencia y el día a día.
El termino tan manido "think out of the box" puede tener una lectura diferente a la que se hace habitualmente, y tiene mucho que ver con lo que estamos comentando en este post. Pensar fuera de la caja creo que consiste en sacar de la caja todas las piezas que utilizamos, mezclarlas entre si y con algunos elementos exteriores, pero sin destruir la caja, sin romperla y sin dejar de volver a meterlo todo en ella y de ese modo enriquecer su contenido. Hay que atraer el conocimiento exterior y fusionarlo con lo que haces cada día, eso sí teniendo presente la misión encomendada.
En esa línea y como no puede ser de otro modo, desde lo visual, desarrollamos talleres de visual thinking y metodologías visuales para equipos profesionales. Estamos viendo como en esa reeducación y actualización de las habilidades y talentos, la más importante es la capacidad de reflexión que todos tenemos. Hemos defendido muchas veces que el dibujo es una energía de activación, y también queremos formularlo como uno de los lenguajes que más nos pueden ayudar a reflexionar y encontrar momentos en los que pararnos, mirar e interpretar cualquier proyecto personal y profesional, y con ello volver a la carga.
Las fortalezas de trabajar visualmente ya las hemos comentado ampliamente en estas páginas, así como en nuestro libro ¡DiBÚJALO!, y la experiencia nos dice que la formación tiene que dejar con hambre a los asistentes. Hambre de ponerse a practicar, pero desde lo que ellos hacen en su día a día.
Para eso recomendamos realizar un pequeño dibujo en una página de una libreta cada día: el dibujo del día. Trata de reflejar en una imagen aquello que te ha llamado la atención en la jornada, aquello que te ha gustado, o en lo que debes mejorar. Si coges el gusto por hacerlo a diario, con la fidelidad y determinación suficiente, no podrás dejar de hacerlo. Este ejercicio tiene un doble beneficio, por un lado te aportará un rato de reflexión personal muy necesario en la rutina tan acelerada que llevamos todos, y por otro te ayudará a ir encontrando tu propio dibujo y sentirte más seguro a la hora de dibujar en grupo.
En nuestro último taller, en la universidad corporativa Bankinter, hemos trabajado con un equipo de veinte participantes sobre las metodologías del Visual Thinking aplicadas al trabajo personal y en equipo. Planteamos una mezcla de teoría y práctica que ayuda a dar sentido al por qué de esta metodología. Los ejercicios están diseñados con la finalidad no solo eliminar barreras y dificultades con el dibujo sino, además llevarlo a las salas de reunión, a la manera de trabajar y a los espacios de proyecto en que compartimos tanta información y como diría Dan Roam, tanto Bla bla bla....
Un saludo de #EquipoDibujario